jueves, 27 de febrero de 2014

LINEA MARÍTIMA MOTRIL- MELILLA LA DELEGACIÓN MOTRILEÑA SE MUESTRA OPTIMISTA Y EXPECTANTE

FARO DE MOTRIL

Tras la reunión mantenida en Madrid entre la alcaldesa de Motril, el presidente de la Autoridad Portuaria y representantes del tejido socioeconómico de la ciudad con el Director General de la Marina Mercante, los asistentes esperarán los resultados de este órgano de análisis que estudiará la repercusión de la rentabilidad de la línea marítima.
La alcaldesa de Motril, Luisa García Chamorro, acompañada por el presidente de la Mancomunidad de Municipios de la Costa, José García Fuentes, Ángel Díaz Sol, presidente de la Autoridad Portuaria, así como María Arráez  e Ivonne Van den Berg, en representación de EMAS han mantenido una reunión con el director general de la Marina Mercante, Rafael Rodríguez Valero para exponerle la situación de la línea marítima Motril- Melilla.
En este sentido, la delegación motrileña se ha mostrado “optimista y expectante” tras la buena disposición de Rodríguez Valero que ha reiterado la  puesta en marcha de un Observatorio que monitorizará los resultados de la conexión con Melilla y la repercusión de su rentabilidad -tal y como anunció la Delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo- y a la espera de resultados del órgano de análisis.
Asimismo, el director de la Marina Mercante ha mostrado su voluntad de ofrecer las herramientas que sean necesarias para garantizar el mantenimiento de la línea marítima, que seguirá operando por el momento en la dársena motrileña en condiciones de libre mercado.
Tanto García Chamorro como Díaz Sol han reconocido la vital importancia de la línea marítima Motril-Melilla y su interés en que siga funcionando y prestando un servicio de calidad, en óptimas condiciones para los usuarios de las dos orillas del Mediterráneo.

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    SER PADRE MADURO TAMBIÉN CON LLEVA SUS RIESGOS

    IDEAL.ES

    Un estudio revela que los hijos de padres varones de 45 años son más proclives a paceder trastornos mentales


    Ser padre maduro también conlleva sus riesgos
    Un hombre pasea a su bebé. / Archivo
    Aquellos que tienen padres de edad más avanzada tienen un riesgo mayor de padecer algún trastorno psiquiátrico, déficit de atención o incluso autismo. Son las conclusiones de un amplio estudio publicado por la revista 'JAMA Psychiatry' y respaldado por la American Medical Association.
    Según el trabajo, elaborado entre más de dos millones de suecos, las personas cuyos padres tenían al nacer más de 45 años son hasta 25 veces más proclives a desarrollar trastornos bipolares, en comparación con los hijos de parejas con edades inferiores a 24 años. Asimismo, determina que tenían hasta trece veces más opciones de terminar sufriendo hiperactividad o algún otro déficit de atención.
    El estudio se suma a una tendencia emergente entre los investigadores que advierte de los efectos negativos de retardar la procreación en los varones, frente a la percepción tradicional que se centraba exclusivamente en la edad de las madres.
    Los impulsores del análisis, del departamento de Psicología de la Universidad de Indiana, se reconocen "impactados" por sus resultados. Aunque en un margen menor, los riesgos observados para hijos de hombres maduros hablan de esquizofrenia, tendencias suicidas o consumo de drogas.
    Los investigadores saben ahora que las mutaciones de ADN pueden desarrollarse cada vez que el esperma se replica. A medida que el hombre envejece, se expone a más toxinas medioambientales que pueden conducir a cambios genéticos en su esperma.
    Sin embargo, cada vez es más común que hombres y mujeres tengan hijos pasados los 40 años. La edad media de las madres primerizas en Estados Unidos supera ya los 25 años, cuatro más que hace tres décadas, según datos del órgano federal de los Centros para el Control y Prevención de la Enfermedad. En el mismo informe, los hombres tenían tres años más que ellas.

    LOS RECORTES EN CALAR ALTO SIEGAN EL 20% DE SU ACTUAL PALNTILLA

    IDEAL JAEN


    La propuesta del CSIC obligará a reducir en casi un 40% los salarios de los que sigan contratados por el centro, a cerrar la cocina y externalizar la limpieza 

    Los recortes en Calar Alto siegan el 20% de su actual plantillaAlgo ha llovido desde que el Centro Astronómico Hispano Alemán de Calar Alto (CAHA) manejaba un presupuesto acorde a la gran labor investigadora que se lleva a cabo en su interior. Con ellos y con los magníficos profesionales que formaban y forman parte del complejo descubrieron, por ejemplo, la madrugada del 25 de febrero del año 2009 un asteroide, el DS36, que en su desplazamiento «bastante rápido» no pasó muy lejos de la Tierra.
    Solo un ejemplo de las hazañas que han hecho de este observatorio el más importante de Europa Continental. Y por supuesto, el que ha capitaneado los logros científicos nacionales en los últimos quince años. En parte ha sido gracias a la ayuda de su telescopio de 3,5 metros, -el mayor de Europa-, y el mismo que ahora se puede quedar sin ser utilizado por culpa de unos recortes presupuestario que han provocado, entre otras cosas, que el último presidente del Centro, José María Quintana haya presentado su renuncia al cargo. «No soy capaz de gestionar con ese presupuesto, a lo mejor es que soy tonto», ironizaba Quintana tras las preguntas de este periódico.
    Que la crisis iba a poner a la ciencia en el alero se sospechaba, ya que los políticos de este país nunca la han considerado como prioritaria. Pero la situación que están viviendo muchos centros y sus investigadores en la actualidad está dejando a España en muy mal lugar allende las fronteras. El centro almeriense no es más que otro ejemplo más de esta triste realidad que se vive a lo largo y ancho de la geografía española. Según datos facilitados por el propio centro, el presupuesto se ha recortado en los dos últimos años más de la mitad, concretamente un 66%. Si en 2012 el centro contaba con cuatro millones de euros más una serie de aportaciones alemanas y españolas extra, que servían para pagar a científicos asociados que trabajaban en el observatorio, desde entonces las cuentas han ido menguando de tal manera que para este año los gestores que se hagan cargo tendrán que intentar seguir adelante con 1,6 millones de euros, más un remanente que ha maquillado un poco las cuentas. En total 2,2 millones de euros, cantidad que viene coleando desde el año anterior y que provocará una catarata de recortes que ya se han puesto encima de la mesa de los empleados del CAHA. En un principio y a falta de confirmarse oficialmente, en la primera reunión que han mantenido ambas partes, el comité ejecutivo ha trasladado a los representantes de los trabajadores cuestiones para estos «inaceptables».
    Nueve despidos
    Según afirman los trabajadores, la primera intención de la empresa es acabar con el servicio de cocina que tiene el centro que, cabe recordar, se sitúa en un lugar aislado en mitad de la sierra de Los Filabres. Esto supone que tres cocineras se vayan al paro. La segunda medida sería la de externalizar el servicio de limpieza, acabando de un plumazo con cinco puestos de trabajo, a pesar de que algunas de estas personas llevan más de veinte años en la empresa. Al recorte de plantilla se sumaría uno de los administrativos del Centro. Con él serían nueve los empleados víctimas del nuevo presupuesto, pero tampoco los únicos. Además de segar a un 20% de la plantilla, el Instituto Max Planck ha propuesto una renegociación del convenio con un recorte de la masa salarial de más del 35%. Una situación que pone de manifiesto lo complicado que se van a poner las cosas este año y los sucesivos.
    De momento los primeros efectos de esta racionalización de los costes comenzarán a sentirse el mes que viene. Además de estos despidos y de la consiguiente pérdida de calidad en el servicio que se le da a los científicos, de algo más grave alertan los trabajadores: de la detención por más de 10 noches del trabajo investigador que llevaba a cabo una astrónoma a la que no han renovado.
    La disminución de personal y de los servicios que se dispensaban va a afectar, a juicio de los empleados, a la calidad y al trabajo que se venían desarrollando en el centro y que ahora, más que nunca, está en verdadero peligro. Para uno de los delegados de los trabajadores del CAHA, Ricardo Hernández, la situación es crítica: «El futuro es temible porque en 2014 nuestro remanente nos ha ayudado a salvar un tanto el presupuesto, pero el año que viene sin este, no sabemos qué va a ocurrir... si habrán EREs o se dejarán de utilizar más telescopios. Lo único que tenemos claro es que si la situación sigue como hasta ahora, tiende al cierre del centro», explica. A su juicio, este podría llegar en el año 2018, ya que es ahora cuando se tendrían que estar preparando los proyectos para los años siguientes, en cambio, solo se está tratando de recortar servicios.
    La situación del centro es convulsa, los despidos, los recortes del personal y la renuncia en tan solo siete meses del nuevo director ha hecho que vuelvan a sonar las alarmas. La Asociación Astronómica de Almería Orión y la Asociación de Amigos de Calar Alto mostraron su preocupación por las últimas noticias. «El Consejo Superior de Investigaciones Científicas y el Instituto Max Planck de Alemania están estrangulando hasta la asfixia a este centro», dijeron en un comunicado, donde expusieron una reflexión: «Esto no es más que una muestra de que el actual gobierno da la puntilla a la ciencia».
    Además lamentaron que al contrario que otros observatorios, el CAHA no disponga de financiación autonómica. «Durante el año 2013, el Parlamento aprobó una resolución de apoyo al observatorio de Calar Alto. Sin embargo, a día de hoy, la Junta se sigue negando a contribuir financieramente». Por ello hacen un llamamiento a los almerienses para que «defiendan a un centro que nos pone en el mapa internacional de la ciencia».
    Así lo hacen también los trabajadores quienes no se quedarán de brazos cruzados viendo como se «desmantela» el Centro Astronómico.
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    EL PROYECTO EN VIA MUERTA

    IDEAL.ES

    77 kilómetros de plataforma para el AVE entre Sevilla y Antequera son hoy parte del tranquilo paisaje rural | Hay tanto silencio que por donde iban a pasar trenes a 300 kilómetros por hora solo corren hoy los conejos


    La estación de Pedrera se deteriora en mitad de un páramo por el que ni siquiera hay vías y ni se sabe cuándo podrá pasar un tren. :: RAMÓN L. PÉREZ
    En la historia de las obras del AVE entre Sevilla y Antequera (ejecutadas por la Junta de Andalucía), no faltaron los escollos medioambientales. La consejería de Obras Públicas, que es la que ha llevado a cabo la plataforma del tren entre Marchena y Antequera, se enfrentó a una denuncia de Ecologistas en Acción por el daño que esta infraestructura para el tren de Alta Velocidad, destinada a que pasaran trenes a más de 250 kilómetros por hora, iba a suponer para la cría de distintas especies. Apuntaba Ecologistas en Acción en su denuncia que «no se han tenido en cuenta las colisiones que estas aves -y otras protegidas que viven en la zona- sufrirán contra vallados, cableados o locomotoras». Hoy, cuando en esa línea ferroviaria no hay máquinas, ni trabajadores, ni pasan los trenes, distintos tipos de aves -de las que vuelan- y conejos son los únicos que disfrutan de esa infraestructura de 77 kilómetros en los que invirtió el gobierno andaluz 280 millones de euros.
    Las obras del llamado eje ferroviario transversal de Andalucía son actualmente una especie de camino rural que se ha integrado en el silencioso paisaje rural por el que discurre. Una larga línea de tierra más clara que los verdes campos de la vega antequerana y los prados sevillanos por los que avanza.
    Esos 77 kilómetros de plataforma sobre los que se iban a colocar las vías del AVE están terminados y 'abandonados' desde mediados de 2011, cuando la Junta de Andalucía lanzó el primer aviso sobre su falta de dinero para continuar con el ambicioso proyecto. Ese camino de tierra entre Marchena y Antequera forma parte de los 129 kilómetros que pretendían unir Sevilla y Granada en una hora y quince minutos gracias al tren de Alta Velocidad. Una suerte de A-92 del tren que iba a vertebrar toda Andalucía por ferrocarril, para que los almerienses pudieran llegar en tres horas a la capital sevillana o en menos de cuatro horas hasta Huelva.
    El gobierno andaluz solo se encargaba de ejecutar las obras de la línea entre Sevilla y Antequera, un proyecto presupuestado en 1.300 millones de euros y que pretendía unir la estación del AVE de Santa Justa con el aeropuerto sevillano de San Pablo. Pero la crisis enterró el proyecto en la falta de dinero y en las últimas semanas la Junta ha tratado de darle una salida a lo que ya hay hecho, ofreciéndolo al Gobierno central para que lo integre en otro proyecto que está en el aire, el anillo ferroviario, un circuito de pruebas ubicado en la vega antequerana. Fomento ha rechazado la oferta y le ha pedido al gobierno andaluz que no abandone el proyecto. Desde Sevilla afirman que se ha 'reprogramado', que quiere decir que se ha propuesto por mucho tiempo, dadas las circunstancias actuales.
    Este periódico ha recorrido los siete tramos que se llegaron a construir. Y la primera conclusión es que los ecologistas pueden estar tranquilos de momento. Allí no hay grandes vallados ni locomotoras contra las que vayan a chocar las avutardas. Tampoco hay ningún ruido que vaya a perturbar los ciclos vitales del resto de especies. Es más, las únicos aves que se ven por esos tramos son los que tienen alas, que aprovechan las canaletas de los pasos superiores para beber agua tranquilamente. La fauna autóctona de la zona es la única que disfruta de esos 77 kilómetros en los que se construyeron once viaductos, 28 pasos superiores y 9 pasos inferiores, además de dos falsos túneles. Una obra de ingeniería civil destinada a acoger raíles de tren de ancho internacional y doble vía, por donde modernos trenes iban a circular a más de 250 kilómetros por hora.
    El fin de esa obra es abrupto y puede verse incluso en las imágenes por satélite. Esa 'cicatriz' marrón que cruza parte de las provincias sevillana y malagueña termina de forma tajante en una valla. Más allá de esa verja metálica vuelve a imponerse el verde en las llanuras. Está en Marchena, donde los vecinos recuerdan que esas obras partieron algunas fincas y hubo expropiaciones. Justo detrás de una pequeña colina con olivos, donde que estos días solo se puede acceder andando entre toneladas de barro, acaba el 'sueño' de acercar las dos andalucías.
    Desde ahí, el camino de vuelta hacia Antequera discurre a veces uniendo la actual línea de tren, de ancho covencional, con las obras de la nueva plataforma, un nuevo camino pensado para la alta velocidad. Así ocurre en los alrededores de Osuna, donde las dos plataformas discurren muy cercanas, con canalizaciones para el desagüe a los lados. Una llena de balastro oscuro y con las vías de metal y los travesaños de madera coronándolo, la otra con tierra de color claro en una plataforma sensiblemente más ancha. 25 kilómetros de plataforma unen Marchena y Osuna en dos tramos cuyas obras superaron los 80 millones de euros.
    En Osuna, donde la nueva plataforma da un rodeo por la zona sur del municipio para evitar cruzarlo, se levantan tres viaductos, uno de ellos de 196 metros, desde el que algún día los pasajeros del tren podrán ver al pasar el perfil de la ciudad orsaunense. Las obras de estos 14,5 kilómetros de variante costaron 40 millones de euros. Desde ahí, la plataforma discurre por Osuna, Aguadulce y Gilena, un tramo con un viaducto, cinco pasos superiores y dos pasos inferiores. En esos nueve kilómetros se invirtieron 22 millones de euros en las obras y medio millón más en la 'Restauración paisajística del eje ferroviario transversal de Andalucía, tramo Osuna-Aguadulce', como se puede leer en los descoloridos carteles que hay cerca de la plataforma en río Blanco. Allí se invirtió en evitar que las obras contaminaran el curso del arroyo y en que los taludes no afectaran a la vida de las especies. Y actualmente, cuando tampoco han tenido que pasar los camiones con raíles, traviesas y toneladas de balastro, la infraestructura de la línea convive con el paisaje sin excepcionales afecciones (a ojos de un profano).
    Estación fantasma
    En el límite de este tramo se encuentra una de las 'estampas' más singulares que ofrecen esos 77 kilómetros de plataforma ya terminada. Actualmente, en Pedrera tienen dos estaciones de tren. Una por la que pasa el tren y otra que no tiene ni vías. La primera, que es la antigua, es la estación del pueblo donde pueden subirse a un tren con destino a Sevilla o Granada. La otra es un apeadero levantado en mitad de esa cicatriz marrón que es la plataforma sin terminar del AVE. Una estación a la que llevan numerosos carteles que se están deteriorando antes de que se vea pasar por allí un tren.
    Desde Aguadulce a Pedrera la obra transcurre por los municipios de Pedrera, La Roda y Fuente de Piedra, una zona especialmente protegida por la presencia de las lagunas. En ese tramo, de 14,5 kilómetros, la actuación consistió en duplicar la actual plataforma existente, de forma que se usa el mismo trazado, hasta la estación de Fuente Piedra, donde se ve puede ver como la futura línea del AVE se aleja de la laguna mientras la actual hace una curva paralela a este humedal.
    Desde ahí solo restan siete kilómetros hasta llegar a la estación Antequera-Santa Ana, donde la plataforma que viene desde Sevilla cruza por encima de la actual vía del AVE que conecta con Málaga. Un gran puente verde bajo el que se puede ver, por primera vez en todo el camino, un auténtico tren AVE, que pasa a última hora de la tarde con destino a la Costa del Sol. El puente tiene pintado en un lateral el logo de la Junta de Andalucía, que es la única autonomía que se embarcó en construir línea ferroviaria de Alta Velocidad.
    En los últimos meses, el gobierno andaluz ha reclamado al español que se haga cargo de acabar la obra, para que esos 280 millones de euros que se han invertido ya en la zona no se desperdicien. Desde Sevilla recuerdan que la competencia en ferrocarril es estatal, pero ni el ministerio de Fomento ni el PP han recogido el guante. Mientras, el proyecto sigue en vía muerta.
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    miércoles, 26 de febrero de 2014

    MAS DE 1.300 PERSONAS PRUEBAN SUERTE EN UN CASTING PARA UNA COMEDIA DE BODAS

    LA PROVINCIA

    La Isla será la única localización de esta película protagonizada por mujeres, que producirá el grancanario Adrián Guerra

    26.02.2014 | 02:00
    Más de 1.300 personas prueban suerte en un ´casting´ para una comedia de bodas
    Más de 1.300 personas prueban suerte en un ´casting´ para una comedia de bodas
    Más de 1.300 personas prueban suerte en un ´casting´ para una comedia de bodas
    Se repitió ayer la escena del pasado lunes en los exteriores del Centro Cívico Suárez Naranjo de la capital grancanaria. Más de 1.300 aspirantes acudieron al casting de la productora Nostromo Pictures, del grancanario Adrián Guerra, para conseguir un papel en una comedia alocada sobre bodas, cuyo rodaje se ubicará íntegramente en localizaciones de Gran Canaria en Semana Santa. La cola llegó a rodear el edificio ayer a primera hora de la mañana, desde la entrada por la calle Pamochamoso, a lo largo de la calle de Suárez Naranjo, hasta incluso la calle Carvajal.

    Será una comedia romántica protagonizada en su mayoría por mujeres, y en la línea de otros enredos nupciales como La boda de mi mejor amigo. La productora busca gente de diferentes nacionalidades y con perfiles muy variados, como de los años 50 y 60, drag, surfero, hippie, rapero, deportista, punk y tatuados, entre otros. Se desconoce el nombre del largometraje, y de acuerdo con las mismas fuentes, el reparto de actrices protagonistas y secundarias se cerrará de forma inminente.

    En busca de talento
    Como adelantó este periódico el pasado día 15, la película sobre la Guinea de los años 50 (motivo del casting del pasado lunes) y esta comedia moderna, se suman al largometraje El hombre que mató a Don Quijote, que Adrián Guerra rodará el próximo octubre con el director británico Terry Gilliam, durante 10 semanas en localizaciones de Gran Canaria, Fuerteventura y Madrid. Esta será la séptima vez en 20 años que el cineasta de La vida de Brian intenta sacar adelante este proyecto cinematográfico.

    Lea la noticia completa en la edición impresa de La Provincia, en el PDF del periódico o en Orbyt